Viajando y volandO

Kawasaki Z 1000 SX, Sport-¿Turismo?

Solicito una prueba via web y por la tarde ya me está llamando Palmeto Motor Kawasaki, el concesionario es el de Avenida Ciudad de Barcelona.

Nada más llegar me encuentro aparcados en la transitadísima calle, los dos fichajes estrella del año: la Z 1000 k11 y la Z 1000 SX. Vengo desde atrás y no puedo evitar babear ante esos imponentes traseros, unas 190 con colín estrecho y flamantes faros de estreno iluminan la calle. La gente pasea alrededor como si nada, pero sé que en su interior están gozando tanto como yo (segurísimo, vamos).
Como segundo plano (con perdón) de fichaje estrella encontré a la esperadísima ZX10R, le apelo segundo plano por la moda actual del naked y manillares frente a super deportivas y semis. Allí estaba en negro mate, celosa y con expresión furiosa mirando por el escaparate.

Dejando aparte papeleos, por fin me subo a la SX y me pongo a andar. Primeras impresiones: postura cómoda, brazos altos, pies bien, las estriberas quizá un

poco retrasadas de más. En la poca ciudad que estuve me dejó notar una buena facilidad de manejo y maniobra, el manillar gira mucho y el peso no se nota

demasiado. Como contra diré que los retrovisores estorban un poco más de lo que yo estoy acostumbrado en el "cuerpo a cuerpo" con las latas. Su base está muy lejos, vienen de allá al fondo, pero la visión es bastante buena.


En marcha el pequeño "handicap" de los retrovisores se torna en ventaja. Su diseño es cuidado y agresivo, de líneas rectas, y no se ha antepuesto a la

practicidad, lo que es algo no muy habitual. Es casi costumbre que cuanto más bonito es un retrovisor peor es su visibilidad, la Z-SX tiene ambas cosas, belleza y practicidad.

En carretera la postura de brazos sigue siendo cómoda y en general voy a gusto. Tengo muchísima potencia (mucha más de la que cualquiera pudiera necesitar en carretera abierta), tengo comodidad y tengo estética.
Con desarrollos largos es suave y con buen par, podríamos decir que nos sobran unas cuantas marchas si queremos ir legales. Es cuando penetramos en carreteras más lentas (o menos rápidas) cuando empieza a notarse la mala leche y la brusquedad (por desconocimiento y novedad en su conducción) en los cambios.
La moto te tira hacia atrás ante acelerones fuertes y siempre responde duro. El mundo pasa muy lento y hay que tener cabeza para no hacer locuras, al menos para no hacer demasiadas.

En este tipo de conducción comienzo a darme de cuenta de dos cosas. Lo que al principio no me preocupaba mucho ahora empieza a incomodarme en serio, me caigo hacia adelante y entrepierna empieza a hacerle cariñitos al depósito (de 19 litros, por cierto, tamaño de agradecer).
Tamaño para viajes.
Muy buen acople y ergonomía del depósito.




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